viernes, 20 de diciembre de 2013

Mouse Guard (el juego de rol) y yo

Hoy (20 de Diciembre de 2013) sale a la venta la edición en español del juego de rol Mouse Guard, cortesía de Holocubierta, y en la que he tenido el enorme placer de trabajar como traductor.

Precisamente por eso, creo que hoy es el día perfecto para hablar de mi relación con este juego. Porque Mouse Guard es mi juego de rol favorito, lo cual tiene mucho mérito, ya que ha desbancado en mi corazón a MERP (el juego de rol del Señor de los Anillos editado por Joc), que fue mi primer amor. No digo que Mouse Guard sea perfecto (que no lo es), ni que sea el mejor juego de rol que existe (¿el mejor para quién?), pero sí que ocupa la posición más alta del podio en mi ranking personal.

Tengo dos razones para tener a este juego en tan alta estima, pero en vez de hablar directamente de ellas voy a contar mi historia con Mouse Guard. Me crucé con este juego de rol en, si no recuerdo mal, el año 2008 (o quizá 2009), durante uno de mis viajes a Londres. Dado que me gustaba mucho la serie de comics en la que se basaba, lo compré, sin tener ni idea de cómo sería el juego.

Yo por aquel entonces no sabía lo que era Burning Wheel, ni estaba muy al tanto de las teorías forgistas de diseño de juegos. Mi experiencia en juegos de rol se limitaba a juegos de estructura y mecánicas tradicionales y, aunque había oído hablar de la nueva ola de creaciones independientes, no había llegado a probar ninguna en mi mesa de juego.

Así que, como os podéis imaginar, Mouse Guard me dejó bastante sorprendido. Entre sus páginas me encontré un montón de reglas extrañas, aparentemente inconexas, que en mi opinión dejaban muchos huecos sin cubrir y se centraban en aspectos del juego de los que yo ni siquiera estaba seguro de si deberían ser reglados. Además, y para rizar el rizo, Mouse Guard dividía el juego en dos partes, el turno de los jugadores y el turno del DJ. ¡Pero qué cosa más rara! Prácticamente todo en Mouse Guard, desde ese extraño atributo llamado "Naturaleza", hasta el hecho de que si usabas un escudo no podías llevar un arma, me chirriaba. Es más, tal y como estaba escrito, el libro transmitía la idea de que estaba compuesto por un montón de partes separadas que se usaban cada una en una situación distinta.

Fue entonces, tras leer este extraño juego, cuando tomé una decisión extraña que, en retrospectiva, demostró ser una muy buena idea: iba a probar Mouse Guard tal cual estaba escrito, sin descartarlo de entrada porque me pareciera inconexo o injugable, ni modificando aquellas partes que no me cuadraban: y se operó el milagro.


Tras jugarlo con una mente abierta y sin prejuicios, descubrí que Mouse Guard no era una mezcla deslavazada de conceptos, sino una de las creaciones más temáticamente coherentes y cohesionadas que he tenido el placer de llevar a la mesa de juego. Todas esas reglas que me parecieron dispersas encajaron de forma casi mágica, realimentándose las unas a las otras en una maquinaria diseñada con la precisión de un relojero. Todas y cada una de sus partes eran pequeños engranajes que por sí mismos no aportaban mucho, pero que juntos hacían funcionar un conjunto maravilloso. Sin saber mucho (por no decir nada) de teoría de diseño de juegos, mi mente de ingeniero se vio fascinada por este artilugio, que engarzaba narración y mecánicas de juego en un todo que funcionaba con armonía y, lo más importante, reforzando un tema principal que no podía ser más fiel a los comics de Mouse Guard que yo ya había leído.

Como cabría esperar, tras esta especie de revelación mística investigué sobre el juego y su creador, Luke Crane, y descubrí que Mouse Guard no era más que la versión simplificada de otro sistema: Burning Wheel, una especie de genérico para jugar aventuras de fantasía en un mundo que evocaba los sentimientos y el tema de la Tierra Media de Tolkien.

Debo reconocer que en aquel momento me emocioné profundamente. Amo la Tierra Media con fervor, y ver que había un juego como Mouse Guard, pero mejor (pues así debía ser, ya que Mouse Guard era el hermano pequeño), que me podría permitir jugar aventuras en mi mundo favorito, me parecía un sueño hecho realidad. Así que adquirí raudo los tres libros en los que en aquella época estaba dividido Burning Wheel, los devoré, y puse a prueba el juego en cuanto pude.

La experiencia resultó ser una profunda desilusión. Mientras leía el juego no me daba buenas vibraciones, pero no me importó, ya que algo parecido me había pasado con Mouse Guard. Pero cuando por fin pude probarlo me dí cuenta de que mis temores estaban más que fundados: Burning Wheel me decepcionó. Era un sistema pesado, complejo e intrusivo, que obstaculizaba las partes que considero importantes en un juego de rol. No me extenderé más sobre este tema, porque es una discusión diferente, pero quería dejar clara mi opinión sobre Burning Wheel.

Y esto es así porque esta experiencia me hizo reflexionar sobre por qué Mouse Guard, un juego sencillo y pequeño, era tanto mejor que su hermano mayor (y supuestamente mejor); Burning Wheel. Hoy en día todos tenemos muy claro que el hecho de que un juego sea más complicado no lo hace mejor, pero por aquel entonces yo no era consciente de este hecho. Dicho de otra forma: Mouse Guard me hizo darme cuenta de que para hacer un gran juego tienes que quitar todo lo que puedas, una y otra y otra vez, hasta que ya no puedas quitar nada más; que la creación de juegos no es un proceso aditivo, sino sustractivo. La belleza de un juego bien diseñado reside en descubrir cómo a través de la forma más sencilla alcanza sus objetivos.

Posteriormente aprendí que la complejidad y la sofisticación no son lo mismo, y que la complejidad intrínseca y extrínseca no deben confundirse, pero Mouse Guard había plantado en mi mente dos máximas en diseño de juegos que siempre he tenido muy presentes.


Por eso, lo que debe verdaderamente La Puerta de Ishtar a Mouse Guard no es el hecho de tener Objetivos o un Lema (que es casi lo mismo que una Creencia), sino su concepción como una serie de piezas que intentan encajar lo más perfectamente unas con otras para construir un todo que funcione sin resistencia, y su vocación de simpleza y eficiencia. No quiero atreverme a afirmar que he conseguido lo que me proponía con mi juego, eso deberán decidirlo los que le den uso, pero sí que Mouse Guard, que es de lo que estamos hablando aquí, ha influido mi trabajo como autor a niveles más profundos y fundamentales que ninguna otra obra.

Dicho de otra forma: sin Mouse Guard no existiría La Puerta de Ishtar. Por poca relación que parezcan tener el uno con el otro. Muchas gracias, Luke.

Y es precisamente por todo esto por lo que mi traducción de Mouse Guard está hecha con todo el cariño y entrega de la que he sido capaz. No sé si fui yo el que convenció a Ismael, o Ismael a mí, de que había que llevar a cabo este proyecto. Pero lo que sí es cierto es que para mí ha sido un trabajo muy importante. La mejor forma en la que he sabido dar tributo a mi juego de rol favorito, a aquel que cambió para siempre mi forma de ver esta afición.

Espero que le deis una oportunidad al juego, que encontréis nuestro trabajo (no sólo el mío, sino también el del resto de personas de Holocubierta) editándolo en español satisfactorio, y que os guste al menos la mitad de lo que me gustó a mí.

25 comentarios:

  1. Se podría pensar que Mouse Guard no es una versión "simplificada" de Burning Wheel, sino una versión "destilada" del juego, reducida, pero que mantiene la esencia. Cuando yo descubrí "Mouse Guard" ya había leído otros juegos "indie", así que para mí no fue tan revelador, pero coincido contigo en que es un gran juego.

    Es curioso lo que comentas sobre que el juego funciona mucho mejor en mesa que leído. Me pasa muchas veces leyendo juegos de Luke Crane (como por ejemplo, "Torchbearer" o "Burning Empires"); me parece que este hombre escribe juegos de rol para que sean útiles en una partida, no para que sean agradables de leer.

    Enhorabuena por haber podido traducir tu juego de rol favorito. Ojalá todos tuviéramos esa misma suert... ¡oh, wait!

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    1. Espero una carta de amor a Pendragón. Oh, wait...

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    2. Carlos, ¿qué haces que no estás traduciendo? Que tengo el dinero para Pendragón y la Gran Campaña quemándome en el bolsillo, y las Navidades son muy malas... (Muchas gracias y suerte, tanto a Carlos como a Rodrigo, por estas dos joyitas.)

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    3. La traducción avanza al ritmo que debe. Paciencia ;).

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  2. Lo que es yo, lo tengo en cartera desde hace dos años o asi... Encontre a un precio de risa en Amazon la caja con los peones, mapa etc... y es una de mis deudas pendientes. Es un juego precioso y muy interesante. Aunque solo sea por eso ya valia cada euro que pague.

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    1. Hay una hack con montaraces del norte. ;)

      Aunque entiendo que haya a quién no le van los ratos. A mí, por ejemplo, los gatos me dan alergia.

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    2. Efectivamente, hay una versión para jugar con los colegas de Aragorn: Realm Guard: Rangers of the North

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  4. Si no, siempre quedará Torchbearer...Que viene a ser algo parecido, pero basado en el dungeoneo de toda la vida. A mí me convence más esta última versión que la de los ratones.

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    1. A ése le tengo ganas. A ver si lo trae alguna tienda de por aquí y le puedo echar un ojo sin tener que pagar aduanas. ;)

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  5. No he esperado mucho, ya lo tengo y he empezado a leer ;) muy buena pinta.

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  6. Ya lo he reservado en la tienda y lo estoy esperando con ansia. Además, es muy interesante lo que comentas.

    Gracias por tu esfuerzo y dedicación.

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  7. Rodrigo, ¿tu traducción incluye las reglas del New Rules, New Missions, o es traducción directa de la primera edición?

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  8. Ya he tenido la ocasión de leerlo por encima, y te lo digo como lo siento: excelente labor tanto de traducción como de edición y pulicación. Otra cuestión es, como dice Velasco, si me veo llevando a un ratón o no... ;)

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    1. Gracias, Jose. :)

      Espero que des una oportunidad a los ratones. ;)

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  9. Lo había leído y dirigido en inglés, convirtiéndose rápidamente en uno de mis juegos favoritos, pero esta es la oportunidad para adquirir el libro en condiciones. Hoy mismo veré a ver si me lo traen a Córdoba.

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    1. Es un juego genial. :) Seguro que alguna tienda te lo trae.

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    2. No sólo lo traen, sino que ya lo tenían, y por consiguiente ya está en mi poder xD.

      Calidad suprema, tanto el material como la traducción.

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    3. Me alegro de que estés satisfecho. :)

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